Filareto Kavernido en la Rue Tolbiac, Paris:
¿Personaje de un Cómic?
¿Es Filareto ese hombre tendido en una cama del Hogar Vegetariano de la rue Tolbiac, vestido y con el abrigo puesto, que nos da la espalda en la primera viñeta y al que vemos de perfil en la segunda con cabello hirsuto, barba poblada y durmiendo inquietamente, con un aparatoso despertador encima de una maleta que parece estar marcando las horas que faltan para activar la alarma y lanzarle lleno de vigor al cumplimiento de su misión?
Naturalmente que no. Nada más lejos de Filareto Kavernido, entre cuyas virtudes seguramente no podría contarse el sentido del humor, que aparecer como personaje de un cómic. Sin embargo, partiendo de la dirección que figura en el remite de una carta que Filareto escribió en el año 1925 desde París a la anarquista y feminista suiza Margarethe Hardegger (carta llegada a nuestras manos en 2006, ver copia, traducción al español y comentarios en la página: Correspondencia Hardegger), hemos trazado una línea que conduce directamente a Filareto convirtiéndole en un personaje hipotético de una novela policiaca de Léo Malet. Malet escribió entre 1950 y 1970 una serie de novelas ambientadas en los barrios de París que fueron además inspiración para varias películas y una serie de cómics.
La carta de Filareto está fechada en 25 de agosto de 1925 y tiene como remite el 180bis de la Rue Tolbiac, Distrito XIII de París. En ella solicitaba ayuda para instalarse con su comuna en Suiza, explicaba que se encontraba huido de la justicia alemana y que los demás miembros del grupo – formado por un total de 12 adultos y 17 niños – se reunirían en Francia próximamente con él. Buscaban un sitio donde poder vivir y trabajar juntos antes de partir hacia su destino final, que era Haití. Explicaba también que aunque escribiera desde el “Hogar vegetariano” anarquista de la Rue Tolbiac, ni él ni su comuna como tal eran vegetarianos, aunque alguno lo fuera individualmente. En conjunto la carta parece una llamada de auxilio bastante desesperada.
Atemos ahora los cabos de esta historia: El Foyer Végétalien de la Rue Tolbiac había sido fundado en 1924 por la asociación Trait d’Union, grupo que representaba una combinación de “naturismo integral”, higienismo, reformismo libertario y un cierto espiritualismo místico. Este albergue contaba con un dormitorio colectivo con unas sesenta camas y ofrecía alojamiento asequible para anarquistas y simpatizantes que llegaban a París sin medios. Uno de los que allí se alojaron en 1925, en los mismos meses en que estuvo Filareto, fue Léo Malet, que entonces contaba 16 años y que empezó ganándose la vida como cantante en cafés nocturnos y como vendedor ambulante de periódicos. Procedía de Montpellier y había acudido a la capital para poder vivir más de acuerdo con sus ideales y cerca de los ideólogos del anarquismo que había conocido. Tras entablar contacto con el periodista y orador André Colomer en una conferencia que éste pronunció en Montpellier, y con la promesa de su ayuda, se trasladó a París. Léo Malet es el que está tendido en la cama con la cabeza apoyada en los brazos cruzados. La figura que para nosotros representa a Filareto duerme en la cama contigua esperando una respuesta de Suiza a su petición de ayuda, que aparentemente nunca llegó. En la pared de la cabecera de la cama hay colgado un cartel anunciando la revista de Colomer, L’Insurgé.
Casi treinta años más tarde de su llegada en 1925 al Hogar Vegetariano, Léo Malet empieza a publicar sus libros policiacos y alcanza gran fama en Francia y en el resto del mundo. En la serie dedicada a los barrios de París crea la figura de un detective privado de pasado anarquista, Nestor Burma, que tiene rasgos de su propia historia. En el titulado “Niebla en el puente de Tolbiac”, de cuya versión en comic están tomadas las viñetas anteriores, dice sobre el albergue:
“Un gran ventanal por el que entraba la luz del día en el dormitorio le confería vagamente el aspecto del estudio de un artista. Esta impresión, los trajes y ciertos de los tipos que frecuentaban el lugar lo confirmaban : chalecos y pantalones de terciopelo y pana brillante, sombreros de ala ancha y chalinas. Allí vivían de trapicheos más o menos legales anarcos sin blanca y « disidentes económicos ».
La parte superior del ventanal era transparente. Sin embargo, un enlucido de un blanco deslumbrante tapaba la parte inferior haciéndola opaca justo hasta media altura. El pudor y sobre todo los reglamentos policiales prohibían que los hombres que vivían en ese dormitorio ofrecieran el espectáculo de su desnudez, total o parcial, a los pacíficos y virtuosos ciudadanos que habitaban en la acera de enfrente de la Rue Tolbiac en un elegante edificio burgués de arquitectura de fin de siglo…
En los años ochenta surgió el proyecto de editar un comic. Malet tuvo la suerte de que encomendaran la tarea a Jacques Tardi, del que diría:
“…Tardi me pareció un ser sensible y generoso….Todo ello facilitó nuestra colaboración. Por lo que respecta al Centro Vegetaliano, sobre el que me pidió información, supo traducir mis recuerdos con una notable fidelidad y, salvo algunos ligeros detalles, el Centro Vegetaliano de Tardi es el que yo conocí en el periodo 1925-26.
Por lo que sabemos, los fundadores del albergue, Sophie Zaikowska y Georges Butaud eran unos anarquistas idealistas y estrictamente vegetarianos, es decir, veganos que no comían ni carne ni pescado ni huevos ni productos lácteos. Parece ser que el pobre Butaud fue radicalizando su actitud sobre el régimen alimenticio correcto y dejó de tomar verduras cocinadas, pasando a la corriente más radical del vegetarianismo que sólo ingiere hortalizas y granos crudos. Como además se bañaba también en pleno invierno en agua fría, pocos años más tarde, tras hacer su baño matutino en un arroyo helado de Vences contrajo una pulmonía que arrasó su constitución debilitada y lo llevó a la tumba.
Por cierto que Butaud publicaba una revista sobre vegetarianismo en Vences población que está entre Cannes y Tourrettes, muy cerca de donde en 1926, un año después de escribir la carta que ha motivado estas líneas, se establecería Filareto con su comuna.
Volvemos a Malet: en otros pasajes del libro reproduce lo que sería una típica discusión de aquellos anarquistas sobre la legalidad y la ilegalidad, la propiedad como robo, la legitimidad de atracar bancos o la forma de construir una vida al margen de la sociedad burguesa y según principios de fraternidad y solidaridad de los oprimidos y los marginados. Hay que imaginarse a Filareto intentando convencer a aquellos habitantes adictos a la gran ciudad y que en muchos casos habían venido huyendo de la vida controlada en pueblos y ciudades pequeñas, de que la solución estaba en el campo y en la fundación de comunas basadas en labores agrícolas. Si tuvo en algún momento posibilidad de expresarlo articuladamente, es probable que sus compañeros no entendieron nada y le tomaron por un excéntrico. Cierto también que entre los residentes en el “Hogar” se encontraban frecuentemente seguidores del grupo de los Milieux libres de Emile Armand y su revista L’en dehors, que también propagaba la vida en la naturaleza en colonias anarco-comunistas, pero seguramente con una dosis de autoritarismo menor que la práctica de Filareto. Filareto probablemente entró aquí en contacto directo con el Dr. Jacques Monod, quien le facilitaría el establecimiento en Tourrettes sur Loup unos meses más tarde o por intermedio de otras personas, pero esto no lo sabemos con certidumbre.
Por todas estas historias nos hemos imaginado a Filareto como el personaje que duerme en la cama del albergue soñando con poder reorganizar su comuna y establecerse con su utopía en Suiza, el sur de Francia, Haití o donde fuera, pero en cualquier caso volviendo la espalda a las miserias de la gran urbe que eran Berlín o París.
Esta documentación ha sido posible gracias a la ayuda y a las informaciones de Regula Bochsler (Zurich), Eric Coulaud et Cathy Ytak de Ephéméride Anarchiste (Paris) y Dirk Bode (Hannover).
Santiago Tovar
Actualizado: 04/2024